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Foto del escritorAlexandra Ciniglio

UN PEDACITO DE PANAMÁ EN ESPAÑA

Es viernes por la noche y en lo alto del Parque Natural Font Roja, en Alcoy, el plan consiste en degustar una deliciosa comida fusión panameña-española, en una masía del siglo XVIII. Los anfitriones son los esposos Indira Amaya y Edgar Ameglio, dos panameños que hace veinte años llegaron al lugar, ubicado en la provincia de Alicante, al sureste de España.

Los esposos Indira Amaya y Edgar Ameglio

La historia nos lleva hasta finales de 1999 cuando la pareja, que había estado dos años navegando por el mundo, buscaba un lugar donde instalarse y empezar un proyecto familiar. Masía La Mota había sido una exitosa finca de explotación agraria que con el paso de los años decayó y tuvo que cerrar sus puertas, igual que muchas otras que existían en el Alcoy. Cuando Indira y Edgar llegaron por primera vez, se encontraron con una finca que había dejado de producir aceite de oliva, vino, frutas y cereales. La imponente estructura de aquella mansión se encontraba destruida por el paso de los años, la inclemencia del tiempo y el abandono sufrido. El panorama podía resultar aterrador para cualquier visitante, pero ellos tuvieron la capacidad de ver más allá de las ruinas y los escombros; e imaginar que podrían transformarlo en un hotel.

Masía La Mota en el año 2000

El primer paso fue limpiar la inmensa casona, todavía repleta de pertenencias de sus antiguos propietarios. Empezaron en pleno invierno, sin luz eléctrica y cobijados por el calor de una fogata. En la improvisada cocina preparaban un sancocho panameño que además de darles calor les hacía sentir como en casa. El trabajo fue agotador, pero útil para rescatar algunos objetos de valor que, con un poco de restauración, podrían reutilizarse. Con la primavera llegaron las obras más complicadas, rehacer el antiguo tejado que estaba colapsado. Aprovecharon los meses calurosos del verano para sanear los inmensos muros deteriorados por la humedad que se había acumulado por años. Disfrutar de unos patacones fritos acompañados de ceviche era una buena recompensa. El proyecto requirió de la contratación de personal idóneo para remodelar el lugar, pero Indira y Edgar estuvieron ahí, dirigiendo la misión en todo momento, trabajando en cada detalle también durante el otoño. Luego de un año de intenso trabajo lograron tener una zona habilitada para vivir y empezaron a recibir las primeras visitas de familiares y amigos.


Era solo el inicio de un largo recorrido que duró diez años hasta que en 2009 estuvieron listos para abrir las puertas de su casa e inaugurar el hotel al que llamaron: Masía La Mota. Solo un año después la Cámara de Comercio de Alicante les entregaba un reconocimiento por su trabajo, el primero de varios que han recibido por su dedicación y calidad. Veinte años han pasado desde que los Ameglio llegaron a Alcoy y hoy como entonces, siguen trabajando diariamente, con el mismo entusiasmo, en el hotel que también es el hogar donde nació y creció su joven hija Letizia, quien aprendió de sus padres el amor por la hostelería.

Masía La Mota es un referente de sostenibilidad medioambiental. La finca se abastece de su propio manantial, el cual les ofrece un agua de calidad excepcional. Para el regadío de jardines y cultivos, fue restaurado el antiguo aljibe que permitir la captación de aguas pluviales. Además la propiedad cuenta con su propia planta de tratamiento de aguas residuales.


El Parque Font Roja es un área protegida ideal para los amantes de la naturaleza, quienes disfrutan del senderismo o quienes buscan descansar. El hotel cuenta con diez habitaciones, decoradas de manera personalizada, con algunos detalles panameños, y equipadas con todo lo necesario para garantizar la comodidad de sus huéspedes.

El restaurante que cuenta con su propio huerto, ofrece un menú tradicional alcoyano con un toque contemporáneo y por supuesto panameño. El ingrediente secreto es el aceite de oliva extra virgen Masía La Mota, hecho con las olivas que crecen alrededor del hotel y que son recogidas a mano, tal cual como se hacía antiguamente. Para la extracción en frío se utilizan equipos de última generación que garantizan un aceite intenso, y aromático que también está a la venta.


Es viernes por la noche y en Masía La Mota se sirven las entradas de bienvenida que combinan yuca crujiente con camarones, y patacones fritos con pollo de corral. Como plato principal una fusión para todos los gustos que incluye sancocho de gallina, plátanos maduros con mermelada de tamarindo, dúo de ceviches, langostinos en salsa de coco y ropa vieja con ají chombo. El postre sorpresa se llama “Mi homenaje a Panamá” y se sirve acompañado de café de las tierras altas chiricanas. Los españoles quedan maravillados y más de uno se propone algún día viajar hasta el otro lado del Atlántico para conocer Panamá. Mientras la oportunidad llega, Indira Amaya y Edgar Ameglio trabajan sin descanso pero henchidos de orgullo, para seguir ofreciendo un pedacito de Panamá en España.


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