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Los Zapatos del Danubio: una nueva historia que contar

Un viaje inesperado me llevó este año a Budapest, la capital de Hungría. Había escuchado que era una de las ciudades más lindas del mundo y sin duda no me defraudó. Un tranquilo paseo por el río Danubio y la visita a espectaculares edificios como el Castillo de Buda, el Parlamento, la Catedral y la Gran Sinagoga estaban en el plan obligado de cualquier turista. Había tenido una agenda intensa para un viaje corto y en la noche busque en Internet alguna recomendación para ver algo más antes de partir. Me llamó la atención lo que llamaban: “Los Zapatos del Danubio”.

Una mañana nevada en Budapest con el Danubio de fondo

Al día siguiente salimos temprano hacia allá. El lugar estaba a unos veinte minutos caminando desde el hotel. Hacía mucho frío y caía algo de nieve por lo que el recorrido por la ribera del Danubio se tornó algo resbaloso. Llegamos hasta el muelle de Pest, muy cerca del puente de las cadenas. Allí estaban sesenta pares de zapatos de hierro desperdigados en un monumento para recordar a los veinte mil judíos que durante la Segunda Guerra Mundial fueron cruelmente asesinados en el Danubio. Eran hombres, mujeres y niños que fueron llevados desde el gueto hasta la orilla del río. En el lugar les obligaban a descalzarse —para quedarse con los zapatos—, les amarraban en parejas, solo a uno le disparaban y luego los lanzaban al agua para que se ahogaran. Con esa maldad maquinal ahorraban balas y hacían rogar a algunos que fueran de los que recibían el tiro. El monumento inaugurado en 2005 es escalofriante, su sencillez extrema resulta sobrecogedora. Esa mañana, a pesar del frío y el hielo, había mucha gente y rastros de flores y velas que dejaban los visitantes. La historia de Budapest me impactó.

Restos de flores y velas alrededor de los Zapatos del Danubio

Los meses han pasado y cuando pienso en Budapest recuerdo los zapatos. Las vueltas curiosas de la vida me llevaron a conocer en Madrid a una mujer fascinante, sobreviviente del Holocausto y de los horrores de Budapest. Ella era una bebé durante la guerra, pero su madre contó cómo desde su escondite escuchaba horrorizada los disparos a la orilla del Danubio cada noche. Ambas lograron salvarse de los nazis, pero según datos del Centro Mundial de Conmemoración del Holocausto al finalizar la guerra, solo en Hungría, fueron asesinados unos 565 mil judíos.

Árbol de la Vida cuyas hojas llevan los nombres de las víctimas del Holocausto

Cementerio en la Sinagoga de Budapest. Las víctimas fueron enterradas en 24 fosas comunes. 1140 personas conocidas por sus nombres y 1170 muertos cuyos restos siguen sin identificar.

Si los Zapatos de Budapest me impresionaron, la historia de los sobrevivientes me maravilla. He aquí una nueva historia que contar. Comienzo emocionada un nuevo proyecto, una biografía que me llevará a recorrer los horrores de la peor barbarie de la historia: el Holocausto; pero sé que también me regalará un relato heroico de quienes lucharon con todas sus fuerzas y las memorias de gente buena que lo arriesgó todo para ayudarles.


Me esperan muchos meses de investigación, entrevistas y escritos… Muchas noches sin dormir revisando y corrigiendo. Les iré contacto a través de mí blog, te invito a suscribirte dejándome tu correo electrónico.

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